lunes, 20 de junio de 2016

Tener la palabra

La palabra es poder. No sé si es tener la sartén por el mango, pero lo que si sé seguro es que algo estás sujetando con fuerza y convicción. Puede que no sea una sartén, quizá sea algo inasible, inanimado; quizá sea sólo un espejismo fortalecedor, una forma sensorial de firmeza íntima. No sé. Cuando tienes la palabra agarrada y la columpias y la besas...o te tranquilizas acunándola...te expones y la expones; cuando la ofreces y la regalas como un proxeneta derrotado...entonces la palabra te hace volar, lo haces con ella, lo consigues con ella.
 Aunque parezca esto un mero artificio literario no lo es. Expreso lo que siento cuando estoy delante de un público actuando o leyendo un texto.
 Admito profundamente a los actores y actrices porque consiguen a través de la memoria bailar con las palabras en todos los idiomas. El actuar les da poder porque tienen la palabra de su lado.
 La mudez es una forma de sangrar.

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