sábado, 9 de marzo de 2019

Las cosas mocoson

Perdonen el título: es un jueguecito literario. Hasta hoy este blog, que a partir de ahora será tan subjetivo como desconocido, cambiará de tema. Hasta ahora se ha llamado de otra forma y sus asuntos estaban relacionados con el teatro y algún otro escorzo de indefinida traza. Ahora se llamará como ha querido que se llame el Sr. Luis, mi vecino octogenario que entretiene su ya lejana jubilación haciendo maquetas de escavadoras, camiones y coches de vieja construcción, en madera. Y el hombre lo borda. Toma café todos los días en el bar de abajo, como yo. Y ayer sábado, la propietaria, al verlo entrar le dijo: "bueno Luis, a terminar la semana". A lo que él contestó: "los días se van solos".
 Y ahí quedó el nuevo título de este blog: Los días se van solos. Lo pronunció Luis con voz apagada y melancólica, como reuniendo en la textura de su sonido gotas de tristeza y poso de resignación.
 Y a mí  me dio la idea de trasformar este espacio en la red para suscitar, cuando sea menester, otras consideraciones, seguramente más acordes con mis sesenta años. Una categoría temporal que me esclaviza unas veces y me da alas otras. En cualquier caso será ésta una ventana personal, íntima y pública. Una descarada paradoja, como podrán apreciar. Así están las cosas.

lunes, 4 de marzo de 2019

Hasta siempre torero

Se fue Rubén de Dios, torero de mil capeas, emociones y desenfrenos sentimentales bordados al hilo del toro y su pasión más sentida y acuciada. Murió en la nada de tiempo, visto y no visto y eso, por el hachazo de la certeza maldita, duele más si cabe. Rubén de Dios, amigo y confidente, un tipo franco, solidario, sincero y buena gente donde los haya. Un amigo a quien siempre recordaré con el orgullo y fortuna de haberle conocido y de habernos enriquecido con
mutua admiración. Hasta siempre amigo.